UN CAMINO TEXTUAL.
EL DOCENTE DE BLOQUE
PEDAGÓGICO COMO ADULTO LECTOR Y MEDIADOR DE LECTURAS.
Curso de
capacitación y acompañamiento permanente a docentes del bloque pedagógico en
trayectorias lectoras y formación del docente como adulto lector. A cargo del Plan Provincial de Lectura.
Según los datos estadísticos del Ministerio de
Educación de la Nación, la tasa de repitencia para el primer grado del Nivel
Primario en el país ronda en el 7.5% (cerca de 60.000 alumnos). La tasa de
repitencia para ese mismo sector de la población educativa en Salta asciende al
10.26% según los últimos datos relevados por el Ministerio de Educación de la
Provincia. En ambos casos, el porcentaje supera a la media de repitencia del
Nivel Primario en general.
Como
medida central para hacer frente a la preocupante realidad de la que estos
datos dan cuenta, el Consejo Federal de Educación aprobó la Resolución Nº
174/12, en la que, entre otras medidas, se adopta la implementación del
denominado “bloque pedagógico”. Éste tiene como objetivos principales el incluir
y retener a más niños en la escuela, respetar los ritmos madurativos de cada
uno en los procesos de aprendizaje y mejorar las condiciones de la
alfabetización inicial, garantizando igualdad de oportunidades en los primeros
pasos de los niños y niñas por el sistema educativo formal.
Desde algunos sectores de la sociedad se ha confundido la implementación del bloque pedagógico con la promoción directa de primero a segundo grado, cuando en realidad ésta política va mucho más allá. Se trata de mitigar las
principales causas de repitencia en esta fase de la escolarización: las
desigualdades de origen, aquellas que tienen que ver con las condiciones de
pobreza y con los estímulos recibidos (o no) antes de la llegada a la escuela.
Porque, tal como afirmara alguna vez Paulo Freire, “… la lectura del mundo antecede a la de la palabra y el aprendizaje de
esta debe implicar la continuidad de la lectura de aquel”. Es decir, la
alfabetización inicial no empieza en la escuela, comienza en los hogares, y,
dependiendo de las posibilidades de acceso a la cultura escrita que cada hogar
ha podido brindarles a sus niños, éstos llegan mejor o peor provistos para
continuar apropiándose de la cultura escrita en la escuela.
Por
tales motivos, para alcanzar su objetivo, la normativa propone que (al
implementar el bloque pedagógico) las escuelas elaboren propuestas de
acompañamiento específico para los estudiantes con dificultades, que
implementen sistemas de tutorías, extiendan la jornada escolar, generen
materiales de trabajo especiales, entre otras estrategias.
La
aplicación del bloque pedagógico implica, entonces, un compromiso de gestión
política importante, en el que todos los actores del sistema educativo
acompañen y nutran de herramientas conceptuales y metodológicas a las escuelas
que implementen esta medida.
En
el marco de las políticas que apuntan a reforzar la alfabetización inicial,
atendiendo fundamentalmente a la población del primer ciclo del nivel primario,
se plantea a la lectura literaria como una herramienta fundamental para llevar
adelante la constitución del aula (y en este caso específico del bloque
pedagógico) como una comunidad de lectura, como un entorno alfabetizador que
amplíe y complemente las experiencias de adquisición de la cultura escrita que
los niños han tenido y tienen en sus contextos de origen.
La
formación del docente como adulto lector apunta a contribuir a los trayectos de
capacitación de los profesionales de la enseñanza para el sostenimiento de la
calidad educativa. Se considera necesaria esta formación debido a que sólo un
docente que se reconozca a sí mismo como lector podrá garantizar un espacio de
formación de lectores en las aulas.